lunes, 24 de agosto de 2009

Por encargo



Hoy escribo por encargo, sin el impulso que generan las ganas de dejar salir la pasión de un episodio que sobresale. Y trato de esquivar la trampa de escribir difícil para ocultar que la pasión no está.
Entonces? Entonces escribiré sobre la tranquilidad, y estaré atento por si algo me llama.

Es muy parecido a la melancolía, creo que tristeza (será ese el término?), añoranzas mejor por la pasión con que viví el último escrito. Y todo parece ajustarse a mi sentir, hoy llueve, hace frío, no fui (quise pensar que no había porque diluviaba) a la clase de salsa, es invierno y la melancolía me invade. Me trae pensamientos sobre un amor ya pasado, terminado pero abierto.
Qué herida la de tu boca
que lastima sin dolor…
No tengo miedo al invierno
con tu recuerdo lleno de sol...
De sol...
No tengo miedo? Pánico le tengo, terror de que no estés.
Recibo un mensaje en el celular, me dice que se acuerda de mí
Y quiero pensar que es posible, que algún día la recuperaré
Vivo en su recuerdo lleno del sol del verano que nos vió jugando al amor
Le escribo un mail, le cuento de mis cosas, mis ilusiones, de una amiga, de mis proyectos.
Y sé en el fondo que es casi imposible, que si me llama iré corriendo dejando todo, familia, amigos, baile, nada más que para vivir un poco más a su lado porque casi con seguridad no podremos construir una pareja sobre las bases de lo viejo, que fue hermoso, fecundo y terminó bien pero que está seco y estéril. Y sé también que este sentir es fruto de la melancolía, de la soledad, del resto de autodestructividad que me queda y que aflora en estas ocasiones.
Escribo y me pongo aún más triste
No me quedan ganas de escribir lo que viene a mi corazón
Nos vemos mañana

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Voy a mi habitación, me saco el pullover… me doy cuenta del anillo que ella me había regalado, que nunca me saqué. Alguien me había preguntado “todavía estas casado?”, preguntando si aún salía con ella… “es un recuerdo”, le dije. Mentira. Es una hebra rota a la que me aferro sintiendo que la traerá de vuelta.
“Me lo quitaré el día que quiera a otra mujer”. Mentira.
Me lo quito.

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