jueves, 25 de junio de 2020

Poder


Era realmente peligroso. Nada menos que el encanto del poder en sí mismo. Nunca pedí ser consciente. En muchas ocasiones pensé en lo agradable que sería todo si no lo fuese. Ha sido algo innato y se había desarrollado con el tiempo por una cuestión de supervivencia. Pero ya había probado el lado oscuro de la presión del poder, la punzante satisfacción de ver un desafío ceder ante mi voluntad. La lujuria de probarme a mi mismo ante las circunstancias, retarlas y triunfar. El hambre ciego que pide más, que busca más de eso. Si te das un capricho una vez, puede que nunca puedas saciarte.
Leí que la razón por la que me esforzaba por hacer lo correcto era porque me asustaba la idea de mirar dentro de mí y encontrar el deseo de dejar la lucha y hacer lo que quisiera libre de conciencia y de culpa.
Ahora veo que realmente es así, y también veo que mi conciencia siempre tendrá presente estas realidades y seguirá manteniendo el rumbo, buscando hacer lo correcto

lunes, 25 de mayo de 2020

Porqué?

Consciencia: la capacidad de la mente de sentir su propio existir

Porqué?
Porqué escribo esto?

En estos últimos días la meditación, la contemplación y la introspección me mostró un par de conexiones anteriormente ocultas que creo que pueden ser fundamentales para el conocimiento de mí mismo, y como son relaciones nuevas y complejas quiero ver si las puedo formalizar. Soy consciente de que la mente analítica y discursiva sigue los lineamientos del conocimiento "internalizado" (por lo menos en el ámbito íntimo, no académico), pero el dejar en claro la lógica de lo que sentimos aquieta los cuestionamientos de las racionalizaciones.

Y porque intentaré dar sentido lógico (además de sentir que es lo adecuado) a algunos criterios generales que me parecen, repito, adecuados.

Siguiendo el rastro de lo experimentado a lo largo de los años:

1. Percibo al cosmos sucediendo en mí, veo que toda percepción es subjetiva.
2. Veo cómo todo termina, y que inevitablemente toda satisfacción desemboca en frustración o vacío o incapacidad o muerte.
3. Estas percepciones resultaron en más angustia, me dieron conocimiento pero no paz.
4. Medito contemplando mis procesos mentales, siguiendo las ideas de insustancialidad e impermanencia del yo.
5. Encuentro procesos, programas mentales, que forman parte del ego y que son fuente de insatisfacción. Siguiendo las enseñanzas (sobre todo del buda) las contemplo y voy descubriendo cómo son y quitándoles fuerza.
6. Esto conduce a conocer el proceso de interpretación de las percepciones y la idea de Vipassana.
7. Veo cómo todo lo anterior forma parte del funcionamiento de la mente con el ego como parte destacada. Y veo que la mente se formó durante nuestra vida en las condiciones que nos tocaron vivir y de acuerdo con nuestros condicionamientos evolutivos. Su programación resultó orientada a evitar insatisfacciones y mantener satisfacciones sin mayores cuestionamientos... Nunca he supervisado la programación de estas reacciones, y al no ser consciente de ellas manejan mi vida provocando todo tipo de penurias y coartando mi libertad de decisión. Llego a la conclusión de que debo cambiar esto.
8. También veo que atacar las estructuras mentales intentando cambiar su punto de equilibrio (o desequilibrio) es también efímero, ya que no se relacionan entre ellas por la razón ni son estables. Por definición son subjetivas y, como tal, cambiantes. Veo que debo y puedo atacar las bases del sistema: eliminando la idea de permanencia y sustancia real de las percepciones y las estructuras mentales (éstas son conjuntos de reacciones aprendidas) desaparecen también las ideas de sucesión de estados (devenir) y del tiempo. Desde este lugar tiene otro sentido el "aquí y ahora": no necesitas luchar por sustraerte al hechizo de las expectativas.
9. Meditando busco aquietar cuerpo y mente para simplificar lo que contemplo y aclarar mi conciencia. Aquieto el cuerpo, luego pensamientos, luego el proceso de percepción (sensación, conciencia, interpretación), luego intento dejar atrás la conciencia... se me aparece la voluntad como último elemento, utilizando la conciencia, la mente y el cuerpo como herramientas. Creo conocer mi cuerpo en la medida necesaria para estar en armonía con él, pero no sucede así con mi mente, y la conciencia aún ni comienzo a explorarla. Y en la exploración de mi mente encuentro un elemento que es el que quiero desarrollar: el papel de la satisfacción y del dolor en la construcción de las estructuras mentales.

Sé que el camino para la disolución de los condicionamientos mentales no pasa por la explicación académica de mi mente sino por la contemplación, pero creo que si mi mente racional queda tranquila contribuirá a la paz necesaria para avanzar.

Voy a desarrollar una perspectiva que nuestra el funcionamiento de mi mente, no es LA visión final de cómo se formó y opera sino una herramienta de análisis.

Creo que comenzamos nuestra vida aprendiendo qué nos satisface a través de descargas de neurotransmisores en nuestro cerebro. Eso va creando sendas neurales, si usamos el lenguaje de los neurólogos, y así vamos dando forma a nuestra mente.

Nuestro cerebro está preparado para buscar y seguir patrones de comportamiento, esto se desarrolló evolutivamente: un patrón de comportamiento que funciona resultó en la satisfacción de una necesidad activando el mecanismo de recompensa y reforzando sendas neurales, reforzando patrones de pensamiento y de comportamiento. Cada vez que se refuerza un patrón en particular, mayor énfasis pondremos en mantenerlo.

Así que luego, cuando vamos desarrollando nuestra identidad, nuestra mente asocia satisfacción y recompensa con el mantenimiento de los patrones de comportamiento y pensamiento establecidos. Un pensamiento surge, estableciendo una futura senda neural, un futuro criterio personal, y nuestra mente intentará mantenerlo porque sabe que cada vez obtendrá una descarga de recompensa.
De la misma forma aparece el deseo: nuestra mente buscará cada vez con mayor intensidad el objetivo que se planteó (placer físico o imaginado, logro académico o hasta espiritual, éxito, tener razón en una discusión) terminando en lo que llamamos obsesión y disparando una defensa desproporcionada ante cualquier obstáculo que ponga en peligro la tan ansiada descarga del mecanismo de recompensa. Esto aprendí: el deseo no es sentir (por ejemplo) el impulso de comer algo, es ese mecanismo que se desespera ante la posibilidad de no cumplimiento.
Y también aparece el ego, ese conjunto de patrones de comportamiento que buscan mantener intacta la forma de la mente. Como la forma de la mente son los patrones de comportamiento, y la formación de éstos se hizo por un camino de recompensas, aparecen naturalmente patrones que buscan mantenerlos y que forman el ego. En analogía con los deseos, cualquier intento de cambiar la forma de la mente disparará una u otra reacción.

Ejemplo: Tomo el último trozo aunque no alcance para otra persona. Yo lo hice (establecí un futuro patrón de comportamiento) así que debo mantenerlo (reforzarlo). Si me contradicen (perdería la recompensa) discuto a muerte (promesa de recompensa)racionalizando y poniendo excusas (evito el rechazo de mi comportamiento)

Esto creo que aplica a toda la mente

Aunque también hay otras perspectivas (como la de la psicología) me parece que si bien la multitud de elementos que impulsan una acción o pensamiento pueden tener orígenes muy enrevesados, intentar basar nuestra vida en base a un equilibrio logrado es una ilusión, ese equilibrio varía todo el tiempo y si no controlamos nuestra mente estamos expuestos a perderlo.
Por eso prefiero encarar la disolución de los mecanismos que generan esos impulsos y obtener la libertad de poder decidir sin que una racionalización nuble mi criterio.

Es fácil decir, en el ejemplo que dí, que si uno está seguro de lo que hace, es honesto e intenta llevar una vida correcta, podrá evitar las trampas del ego... pero ese fue solo un ejemplo, hay casos mucho menos claros: la bronca cuando vemos una persona colarse, o cuando vamos en auto paseando y uno en moto con escape libre nos adelanta a toda velocidad con un estruendo, la frustración de no poder salir, la frustración de un despecho, la angustia por una muerte o un engaño, etc. Todo esto nos provoca algún grado de incomodidad interna, y en consecuencia condicionan nuestras acciones, decisiones y nuestra felicidad.

Creo que terminé... con lo de darle forma. La tarea de disolución de patrones reactivos es mucho más extensa y no pasa por escribir, será fascinante (diría Spock) encontrar las sorpresas que depara.

A mi me sirvió redactarlo, ahora lo publico y espero que a alguien más también le sirva.

viernes, 10 de abril de 2020

MARAVILLA

Fit Clean

Reflexiono, intermitentemente durante el día, y al acostarme, en la oscuridad. Sobre mi historia, sobre mis aspiraciones, sobre mi forma de ser y de sentir.

Sé que el deseo de aprobación ha tenido gran influencia en mí, así como los impulsos y reacciones que conforman mi ego, así que estoy vigilante para no gobiernen mis decisiones.

Pero estas (y otras) estructuras que tengo me han provocado penurias buena parte de mi vida, y para librarme de ellas ha recorrido un camino que he debido descubrir parte por parte, laboriosamente, y creo que compartir mi experiencia puede servir tanto a mi sentimiento de empatía como de ayuda a otros. Si bien es sólo MI experiencia, desde mi perspectiva, a mí me han sido útiles las perspectivas de otros, así que adelante.

Daniel, vigila tu ego. Si mete la cola, agárralo de la cola y contémplalo.

…………………………….

Contemplo mi mente, intentando mantener la dirección. Hay una disputa entre mi mente y ella misma: sé que para contemplar mis impulsos hace falta acallar los pensamientos, mi mente intenta pensar en eso.

Busco contemplar y comprender la forma en que surgen mis impulsos.

Me relajo, uso las herramientas para acallar todos los sentidos hasta dejar solo mi mente, y contemplo: llegan sensaciones del cuerpo y recuerdos y pensamientos de la mente. He conseguido acallar la estridencia de mi mente lo suficiente como para contemplar cómo las sensaciones son coloreadas par formar percepciones.

Un sonido se interpreta como música, sensación sonido, percepción música. La música genera una imagen mental que es percibida como agradable, molesta, inoportuna, que distrae... y así.

Contemplo enfocando mi atención en el proceso y la cadena de pensamientos se relaja, se diluye, acallando la mente, dejando la conciencia como elemento predominante.

En este estado mi mente flota, se va liberando del soporte físico, las sensaciones llegan amortiguadas y se procesan cada vez más lentamente, cada proceso y cada etapa se van aclarando. Paulatinamente todo se hace cada vez más silencioso.

Pero esta paz hace evidente la estridencia de ocasionales pensamientos. Desentonan.

Dicen quienes avanzaron mucho más yo por este camino que luego hay que contemplar las emociones y sentimientos.

Silencio...

Contemplo...

Me pregunto qué emociones, qué sentimientos, y me recuerdo que debo contemplarlos, no responderme.

Contemplo.

Silencio.

Cada tanto surgen imágenes mentales. No imágenes visuales sino recuerdos, mi imaginación rememora y forma historias alrededor de cosas que ví, escuché, viví, leí. Rompen el silencio y desvían mi atención, secuestran mi mente y la ponen a trabajar. Cuando tomo conciencia de esto, contemplo mi mente trabajando, traigo mi atención a la mente y las imágenes y los pensamientos se difuminan. Va retornando el silencio…

Esto es recurrente: silencio, paz, e imágenes irrumpiendo.

No encuentro emociones, sentimientos, en los que enfocar mi atención, que parece saltar a los recuerdos y la imaginación.

Así que me concentro en las formas que toman estas ¨distracciones¨ y en el proceso por el que surgen.

Parece haber un elemento común a muchas de estas interrupciones: su tema trata de personajes o situaciones de lucha contra adversidades y la forma en que son superadas debido a la excepcional capacidad del protagonista.

Contemplo la última irrupción. Vino a mi mente el desenlace de una novela, con los elementos que describí, y este desenlace se me presentó como cuando lo leí. Contemplo que me gustó.

Es el final de la música grabada, y suena la voz del que guió la relajación: "Cuando estés listo, abre tus ojos". Me llega como un cañonazo, se me eriza la piel con el brusco retorno al mundo...

Así que aun no distingo el proceso que me lleva a este gusto por el triunfo.

Mi mente razona que es muy probable que se deba a una proyección psicológica, orientada a reforzar la validez de las reacciones del ego. Creo estar en lo cierto, pero aun no puedo contemplar en mí el surgir del impulso de rememorar.

Escribo esto para ordenar y desbrozar mi mente así queda tranquila y puedo contemplar a mayor profundidad.

.........................................

Me recuerdo niño, jugando con mis hermanas y tres primas postizas. No sé, habré tenido 10 años. En casa de las primas. Jugábamos todos en una habitación junto a donde estaban durmiendo los tíos, una especie de pasadizo amplio y corto, con una puerta en cada habitación, comunicaba las habitaciones de los tíos y aquella donde jugábamos, este pasadizo estaba un poco elevado y estaba lleno de juguetes.

Yo entré a buscar algo que no recuerdo y veo a través de la puerta de la habitación de los tíos, que estaba abierta, que al tío, que estaba durmiendo desparramado en su cama, se le veían los genitales que asomaban del calzoncillo. Me dió mucha risa e inmediatamente salí a donde estaban las chicas y las llamé para que miren... pero entre tanto cambié de opinión y les dije "vamos a jugar a alguna cosa" en lugar de contarles lo que había visto.

La anécdota quedó en mi memoria, es uno de los recuerdos que me moldearon: una de las ocasiones en que contemplando mis impulsos, en lugar de actuar según el impulso decidido por mi mismo.

Recuerdo varias ocasiones, de niño, en que miré el impulso que me alentaba, y lo descarté por verlo falso, burdo, que resultaría perjudicial, y en definitiva que no satisfaría la necesidad que lo había originado.

Otras veces miraba el resultado de haber cedido a un impulso y lo comprobaba. Como cuando miraba un poster que puse en mi habitación de adolescente, de alguna competencia de carreras que ya no recuerdo cuál es: lo miraba y me decía que para mí que era absurdo poner eso allí, veía la ilusión y el carácter ilusorio de intentar ser parte colocando un poster en mi habitación.

Creo que también influyó mi examen del dogma católico: las ideas de pecado original y de que un cura administrara absolución en confesión me parecen aberrantes, así como la idea de que solo el dios de los cristianos existe, que si no crees en él te vas al infierno.

Me encontré que el mandato principal de mi comunidad es erróneo, más, es perverso.

Así que me sentí fuera de la comunidad... cuestionándolo todo.

Etapa a etapa fui desarmando y comenzando la liberación de mandatos culturales.

Primero fue el de triunfar en la vida, el éxito, la competencia, a los 40 y pico de años de edad.

Luego la identificación entre catolicismo y religión, y entre catolicismo y cristianismo. Logré librarme de la idea de que los curas corruptos y que actúan en contra de sus principios invalida el cristianismo. Si bien siempre fui y sigo siendo agnóstico, no rechazo a quienes opinan distinto, y muchas veces defiendo al cristianismo y la religión ante quienes defenestran la religión porque "los curas son unos miserables"

Luego, ya terminado mi matrimonio y mis hijas independientes, completada una etapa de efervescencia vital y en una temporada de reposo signada por el acompañamiento a mis padres en el declive final de sus vidas, comienzo a mirarme en profundidad.

La vejez y la muerte se hicieron insoslayables.

Llegué a esa etapa diciendo que no sabía para qué existimos, pero que sí sabía el cómo: celebrando la vida.

Y me encontraba disfrutando, celebrando... y mirando a la cara a la vejez y la extinción. La vida no sería más que un satisfacer necesidades?

Y qué hago con la angustia de saber que ese placer de disfrutar la vida puede ser la última vez? Con la angustia de saber que ningún placer permanece, incluso si lo puedo repetir ira perdiendo su encanto hasta cesar completamente? Con la angustia de saber lo inevitable que son la vejez, la incapacidad de disfrutar, la extinción?

Mirar para otro lado?

Cerrar los ojos?

Me niego.


Como técnico que soy intenté encontrar la forma en que trabaja mi mente, para ver si logro mayor bienestar.


Creo poder distinguir varias etapas en mi camino:

1. LA RAZÓN, mientras estaba ocupado en la vida.

Fue mi primera etapa.

A esta etapa llegué desde mi niñez, influenciado por el conocimiento de todas las inconsistencias que encontré en mi cultura. El catolicismo, principalmente.

Fue literal y racional. Creí en la ciencia y las matemáticas. Creía que la mente era sólo el discurso literal de los pensamientos y que el yo se asentaba allí... pero quedaban aberraciones culturales aún por conocer, y siempre sobrevoló una una inconsistencia propia de la concepción del yo únicamente racional: si sólo está allí el pensamiento racional, creo que por definición está incapacitado para justificar su existencia.

Crecí con estas ideas, mi vida de estudiante y luego familiar y laboral ocuparon mi atención, pero el cuestionamiento estaba allí.

La cuestión existencialista, dado mi agnosticismo, se fue volviendo cada vez más relevante.

Mientras tanto comencé a reconocer otros paradigmas culturales perversos e inicié mi camino para librarme de ellos, y este objetivo sirvió como estímulo en el camino del autoconocimiento: el análisis de los impulsos y necesidades que justifican esos paradigmas fue provocando que los abandonara, primero intelectualmente y luego internalizando la nueva visión.

Esto dejó en evidencia dos cosas: que la cuestión existencialista era un tema completo por sí mismo, que era EL tema, y que no le veía solución dentro de una visión agnóstica de la vida.

Y que abandonar el paradigma principal, el mandato de ser exitoso, implica cambiar todo. Dentro de una visión agnóstica del cosmos, el mandato de éxito, de superación, de seguir adelante, es inseparable de toda nuestra cultura.

Renegué del mandato, aun a costa de sentirme solo y fuera de mi cultura, pero hubo de pasar mucha agua debajo el puente para que pudiera vislumbrar una forma que darle a mi cosmovisión que me resulte coherente.

En esta etapa aprendí a atreverme, a meterme con lo "sagrado", a buscar.

Y aprendí que el tema existencialista me resultaba inabordable: no tenía las herramientas. Y que nunca dejaría de ser el tema más importante.

De manera que esta avispa que me acosaba y que durante mucho tiempo mantuve detrás, a fuerza de correr sin mirar atrás, comienza a alcanzarme y a herirme.

Aun no me daba cuenta de eso, pero se acercaba el momento.

Así fui entrando en la segunda etapa.


2. LA SUBJETIVIDAD, mientras miraba de frente a la vida.

El hito fue el sacudón en ocasión de mi divorcio.

Abundantes y fundamentales elementos se destacaron:

El conocimiento de que había estado viviendo una idealización.

El conocimiento de que emociones y sensaciones me avasallaron.

La ocasión de recomenzar, y la decisión de hacerlo bien, con total honestidad para conmigo mismo.

Ví y sentí las mieles de la vida, de la comunidad, de la naturaleza, y pensé que así es como debe ser vivida. Y así lo hice. Intenté disfrutar de la vida manteniendo siempre la idea de franqueza para conmigo y para con los demás.

Y comprobé que ese camino no es para mí, que por un lado mi mente mete la cuchara siempre, racionalizando todo, y que la cuestión existencialista volvía cada vez con mayor fuerza y frecuencia provocándome periódicos estados de malestar y disgusto por la falta de propósito. No era capaz de adoptar una de las racionalizaciones sin que se me haga patente su carácter efímero.

Y en determinado momento especialmente ruidoso, en medio de un local donde todos danzábamos, me siento en medio de la gente y la música, cierro los ojos y me digo: "no sera demasiado?"

No sé si fue demasiado o no, pero fue evidente para mí que iba por un camino que se cerraba sobre sí mismo.

Para mí, que no puedo evitar reflexionar, mirar y buscar, que no puedo soslayar aquello que veo, para mí no es posible disfrutar sin pensar y ver dónde conduce lo que estoy haciendo.

Y la naturaleza? Siempre sentí una conexión con la naturaleza, disfruté un montón de mi barco, de navegar por zonas nuevas, de ver el cielo estrellado reflejado en el agua inmóvil en una noche sin luna.

En la tranquilidad de la casa de mis padres, donde la vida ya se detenía, pude reflexionar sobre mi vida.

Allí terminé de internalizar el conocimiento de que el cosmos ocurre en mí, que lo relevante del cosmos es lo que percibo de él.

Lo percibo a través de los cinco sentidos, pero más importante es que percibo las imágenes que tengo del cosmos.

Mi paisaje mental es donde vivo.

Todo es subjetivo, me dije. Y como tal no hay una verdad, ya que mis cambios cambiarán lo que percibo. Si bien la realidad física puede considerarse sólida, es lo que interpretamos de las percepciones lo que tiene relevancia en nuestra visión del cosmos.

Y sabía que todo placer es efímero, que si quiero repetirlo cada vez será menos placentero hasta hacerse desagradable, y que si dejo de buscar placeres (disfrutar de la vida) y tomar lo que vaya llegando, de todas maneras llegará el momento en que la vejez socave completamente nuestra capacidad de disfrutar.

"No sé para qué o porqué vivimos, pero sí sé cómo"

El cómo, disfrutando de la vida, se iba convirtiendo en un pretexto difícil de aceptar.

Sólo quedaba encarar el porqué. La cuestión existencialista.

Seguía sin encontrarle solución al tema... y así voy llegando a la tercera etapa:


3. LA ESPIRITUALIDAD, reinterpretándome.

Busco...

Miro hacia adentro, La realidad sucede en mí, solo tengo acceso a mi representación mental de la realidad.

Pero mi mente reacciona a señales de la naturaleza con un placer inesperado y misterioso, y quiero explorar ese ámbito. Espiritual lo llaman algunos.

Aquí encuentro una organización, la SRF (Self Realization Fellowship, algo así como Circulo de amigos de Autorrealizacion, tomando realizacion como "volver real") que prometia herramientas para estudiar y adentrarse en el mundo espiritual.

Lo intenté.

Técnicas de relajación, y de meditación, y de visualización, sirvieron para iniciarme en ese camino. La SRF tiene una orientación mística (Kriya Yoga) con la cual no me siento muy cómodo, pero sirvió muy bien para conocer lo que es la meditación.

Claro que como no estaba cómodo seguí buscando y encontré la O&O, otra organización similar, que también tiene una orientación mística, de la que obtuve más conocimientos.

Mientras iba de una a otra escuela de conocimientos decidi que debia ir a los orígenes: el listado de los Yoga Sutra me sorprendió con un análisis pragmático y clarísimo de la mente y la realidad humana, y me empujó a buscar las enseñanzas de otro maestro: el buda.

Y encontré una traducción directa al español de una selección de sus sermones (el buda nunca escribió, pero dio sermones desde los 30 y pico hasta los más de los 80 años que vivió, y fueron los monjes de los monasterios que formó los que a su muerte se reunieron, compilaron y escribieron todos sus sermones) escritos en pali.

Aquí me pongo de pie: el buda fue un genio, hombre excepcional que logró verse a sí mismo, y plasmar ese conocimiento en enseñanzas, como nadie antes o después. En contra de todo misticismo refutó enseñanzas de todos los maestros místicos de su época (TODOS eran místicos en esa época), dijo que la oración es una pérdida de tiempo y lleva a nuestra mente al error, que no se debe buscar nada fuera de uno mismo (tu eres tu mejor refugio... qué otro refugio puede haber?), refutó la idea de castas, acepto mujeres como monjas, considero permitido comer carne cuando te invitan (NO matar ni ser causa de sacrificar animales), y así y todo se ganó el respeto de su época.

En sus propios términos desarrolló los conceptos de plasticidad neuronal y la ley de causa y efecto, hace unos 2500 años.

Su análisis del funcionamiento de la mente y el desarrollo de un método y un camino para llegar a la iluminación son un modelo de genio y efectividad.

Hace no mucho tiempo, cuando una de mis hijas, mencionando a los grandes maestros del yoga, dijo que tenían miles de años mas de estudio de estos temas que nosotros los occidentales, no la contradije, pero pensé que esos miles de años fueron de pensamiento primitivo. Ahora no estoy tan seguro, de lo que sí estoy seguro es de que el buda dió un salto cualitativo en el análisis y solución de la problemática humana, dejando muy atrás a todas las figuras de occidente hasta la actualidad. No creo que que nadie se haya acercado a su capacidad.

Muy sorprendido por el nivel de pragmatismo del buda, busque las vertientes más fieles a su espíritu de entre las disponibles. Mi conocimiento del budismo se remonta a los libros de Lobsang Rampa "El tercer ojo" y algunos de sus secuelas... pero en esos libros el elemento mistico esoterico me habían alejado de considerar seriamente al budismo. Evidentemente pocos se resistieron a la tentación de una fuerza superior.

Las enseñanzas del buda no son fácilmente comprensibles para nuestra mente, y menos para la occidental.

Si bien el buda decía que no debemos creerle sólo porque es él quien dice algo, sino que debemos hacer la práctica hasta experimentar por nosotros mismos esa experiencia que el buda dice que es cierta, él vivió en una sociedad que veneraba al maestro con devoción, de manera que cuando el buda decía que había que practicar de alguna forma, nadie discutía.

Por eso en sus instrucciones no solemos encontrar un análisis de la razón de que la práctica tiene la forma que nos indica. Nosotros en nuestra época somos más retobados y queremos más información.

Buscando clarificar conceptos y métodos que leí en los sermones recorrí (y sigo recorriendo) escritos y conferencias relativas a las enseñanzas del buda, y voy progresando, primero a aquietar la mente, luego a contemplarla y comenzar a ser consciente de lo que sucede en ella, y a ir comprendiendo (de a poco, por etapas) los sermones.

Veo que casi siempre la comprensión me llega a posteriori de haber logrado hacer correctamente la práctica indicada.

Y veo que cada etapa que logro cambia lo que creo que significa el contenido de los sermones: como el texto no es totalmente explícito (por asumir el buda que nadie le pedirá explicaciones, por las diferencias culturales de civilización y 2500 años de diferencia, por ambigüedades del proceso de traducción desde un lenguaje muy distinto y cuya interpretación está atada al contexto) , y nosotros tenemos acceso solo a traducciones que debieron interpretar muchos elementos usando distintos criterios, encuentro que yo termino haciendo mi propia interpretación, y que esta cambia en la medida que voy progresando.

Así llego a la cuarta etapa:

4. LA DISOLUCIÓN DEL EGO… mientras sucede.

Experimentando con diversas técnicas de meditación, eligiendo partes de cada escuela, manteniendo mi opinión por encima de las enseñanzas, voy apartando las ideas que creo no conducen al autoconocimiento.

Veo que la gran mayoría de las ramas del budismo, tanto histórico como actual, se contaminan (creo que esa es la idea) de misticismo, algo que el buda rechazó de plano. Es bastante difícil encontrar alguna rama que mantenga el pragmatismo que es la base de sus ideas.

De a poco voy encontrando los hilos necesarios.

Encuentro un concepto: Vipassana. Alude a la capacidad de ver como es, y detrás de él está el análisis del proceso que sigue una imagen mental al formarse: El sentido, la sensación, la percepción, el “color” o atributo (agradable, molesto, etc) que pinta sobre la percepción nuestra mente. Vipassana es la capacidad de percibir y eliminar esa interpretación de la mente, con lo que se eliminan los impulsos y reacciones automáticas de nuestros hábitos y costumbres. Con esta capacidad comienza la liberación, comienzan a desaparecer los condicionamientos.

Hay una red de centros de enseñanza gratuita de meditación Vipassana, según las enseñanzas de Satya Narayan Goenka, un monje que enseñó según la tradición del buda. De aquí tomé alguna literatura.

Una de las ideas difíciles de aceptar es la de la disolución del yo como paso necesario para el fin de las tribulaciones del hombre. Si desaparece el yo, que quedará de Daniel? Si desaparecen los deseos, se termina la autonomía, la capacidad de disfrutar la vida? Cómo planificar? Quedaremos como una hoja zamarreada por el viento?

Y me encontré que la meditación que se enfoca en la contemplación permite que se vayan haciendo evidentes los procesos, y de esta forma van perdiendo validez las entidades mentales que creemos fundamentales. Los propósitos firmes se revelan como el resultado de una respuesta mental a la idea de abandonar un camino, perdiendo su mística soñadora. Los deseos, en forma parecida, muestran el componente obsesivo como su elemento más relevante, y se hace evidente que más que conducirte a una satisfacción coartan tu libertad de cambiar de rumbo, y que llevan en su propia naturaleza la insatisfacción disfrazada de promesa. El carácter firme revela su temor a los cuestionamientos, y que eventualmente dejemos de ser relevantes. El Ego se muestra como un conjunto de reacciones e impulsos, un simple conjunto, se ve que aquí no existe un YO… y además vemos que todo ese conjunto, dejado a su aire, provoca todo tipo de penurias en nosotros mismos.

Fui relajando mis deseos, eliminando procesos componentes del ego, aprendiendo técnicas de meditación.

Y fui aprendiendo que el avance se me da en virtud de la toma de conciencia de aquello que contemplo mientras medito.

Sin reflexionar sobre ello he aprehendido la idea de estar aquí y ahora, pero no a través de argumentos que no convencen sino a través de sentir que la esencia de los deseos es la anticipación, y que eliminados aquéllos va perdiendo sentido la idea de paso del tiempo. Y como la esencia del ego es la persecución de los deseos, también se va diluyendo el ego.

En un solo paso me encuentro en un cosmos sin devenir, sin transcurso del tiempo. El tiempo transcurre, pero no me incumbe, no tiene influencia sobre mis decisiones, sólo atiendo el momento presente. Y ha desaparecido el ego, no están los elementos sobre los que opera.

También desaparece de la cuestión existencialista. No hay devenir, pierde sentido la idea del ser que tiene un surgir, existencia y final.


Vipassana parecía ser lo máximo.

Entonces releo el sermón principal del buda, Los Cuatros Fundamentos (Objetos) de la Atención. Como dije, a medida que voy aprendiendo más voy viendo de forma diferente los sermones. Ahora veo las razones de la práctica de la atención. Aún no me queda completamente claro su texto, pero comprendo mejor.

Y buscando sobre fundamentos de la atención encuentro un concepto nuevo: Satipatthana.

Es algo así como “el camino de la atención”


Y veo que es más amplio que Vipassana. Vipassana es uno de los logros a obtener siguiendo este camino. Meditando por este camino, prestando atención, podemos avanzar hacia la iluminación. Aún no sé bien qué otros logros, pero me queda claro que Vipassana es sólo un resultado, no un objetivo.

Toda una revelación.

Se me hace patente que si sigo avanzando por este camino encontraré más sorpresas.

Y que cada vez habrá menos pistas válidas, actualmente es notoriamente escasa la información que se puede encontrar en internet sobre Satipatthana.

Un camino fascinante además de ineludible (por lo menos para mí)

Una bandada levanta vuelo ordenadamente, asciende en oleadas, danzando como una gasa en el aire. Qué maravilla. Mientras más observas más te maravillas: su coordinación es natural, el aire conserva el rastro del ave que está adelante para que la de atrás pueda seguirla formando ese gran organismo aéreo. Mira más: Cada ave es una maravilla de huesos ligeros, músculos y mil sistemas fisiológicos, cada una un milagro de complejidad y belleza. Mira: cada pluma se ha desarrollado desde una única célula, el genoma maravillosamente formado para que se despliegue el crecimiento en múltiples pelillos, y sobre cada uno diminutas escamas cristalinas de brillo tornasolado, una maravilla, y sigue… Contémplalo. Y con todo la mayor maravilla es tu conciencia, que te permite conocer y maravillarte.


La vida es el maravilloso soporte que alberga a la conciencia. Seamos conscientes.

El camino que he seguido hasta ahora es lo que quiero compartir. Mantengo mis ansias de avanzar, ya que sigue a la vista la meta, que ahora entiendo como la libertad. Creo que para alcanzar la libertad plena debería alcanzar la Iluminación (así, con mayúsculas) y tengo mis serias dudas de lograrlo, pero pienso que una utopía sirve para indicar una dirección, independientemente de si es posible alcanzarla. Me faltan etapas desconocidas, y a la luz de la forma en que cambia mi visión es muy probable que mi objetivo también cambie su forma.

Qué sorprendente que el aprendizaje de toda una vida pueda ser resumido en tan pocos conocimientos.

Espero que mi historia te sirva de algo.

jueves, 30 de junio de 2016

La llama

Arde dentro de mí alimentada sin cesar desde mis más profundos orígenes.
Da calor y empuje a mi alegría al bailar.
Me saca de la comodidad sin miramientos.
Busca qué quemar.
Te ha quemado, y aún sigue ardiendo y buscando.


Me parece que terminará por consumirme completo, pero siempre llegan a mí nuevos motivos.


La llama sigue buscando.


Encuentra un ansia y la usa de combustible, y se vuelve luz. Consciencia. Y deseando más se detiene, y mira:


Mira la caracola
                 que trajera mi mamá
                            de un viaje en familia.

Mírala.
Es más que una caracola. Recuerdos de mi historia, de mi origen, el camino recorrido, mi madre manifestándose en mi vida.

Recuerdo
                                                                  Historia
                               Origen
                                                                                                                                   Camino
                                                Madre... vida.

Oscilando la llama, la luz examina la caracola. Se examina a sí misma, consciencia viva, y asombrada se deja llevar por el deseo de condensar el momento.

Aquieto la llama para mirar mejor.
Libero mi imaginación y creo los símbolos.
Comienzo a poner en palabras las ideas:

-La luz de mi consciencia arde alimentada por mis ansias, iluminando mi vida. Una vuelta sobre otra, y a la luz veo los botones de los sucesos que marcaron mi vida sobresalir, texturados, dando vida al transcurrir... si no estuvieran, cada vuelta sucedería a la anterior sin diferenciarse. Algunos sucesos (Protuberancias) aparecen con su extremo desgastado, como si yo los hubiera acariciado frecuentemente, serán aquellos recuerdos que me obsesionan.
-Las vueltas sucesivas se distinguen, con un límite que las diferencia. Cada una es distinta, los sucesos que me dieron forma empujaron mi crecimiento.
-Y mirando veo que sí, cada vuelta es mayor.
-Comienza mi vida siendo muy pequeña, indiferenciada, y enseguida comienza a crecer, una pequeña vuelta antecediendo a otras cada vez mayores. Los sucesos cobran importancia, y mi vida se apoya tanto en los de las vueltas pequeñas como los de las últimas vueltas, los sucesos recientes, grandes, evidentes, destacando en mi luz.
-Los últimos sucesos, grandes protuberancias en una vuelta de gran tamaño destacan. Pero no se ven completos, una parte está en sombras... y detrás de ellos asoma la boca del presente, con su interior brillante pero oculto en la sombra de los acontecimientos, con su forma proyectándose al futuro.
-La luz de mi consciencia y mi vida acontecen, para mayor alegría, asombro y armonía, para compartirlas

martes, 6 de septiembre de 2011

Mi gata


Algo parece estar desarrollándose, algo diferente de alguna forma aún no revelada. Si bien casi siempre lo nuevo fue imposible de prever, los sacudones presagian algo distinto... aunque no creo, llevo tanto tiempo escuchando sermones que realmente no creo que tenga que prestarles atención.

“No sos parte, ni asomes la nariz”
“Tu forma de actuar es inadmisible”
“Voy a quedar como desleal, baboso, ridículo”
“Tus sentimientos no deben siquiera ser considerados”
“Mejor seguí durmiendo…”

Y sí, mejor sigo durmiendo, estoy tan acostumbrado que casi, casi, no me doy cuenta que “les” hago falta. Ahora por ejemplo. Es tanta la desorganización que está surgiendo algo bueno: tengo un poco menos de restricciones.
Así que me estiro saboreando el movimiento, la tensión, el placer de estar vivo.

Alguien a mi lado.
Sentada a mi lado. Desconocida, herida, tentadora en su disponibilidad.
La música me transporta, su embrujo, tanto el de la música como el de ella, me provocan en una forma increíble. Literalmente increíble, hace una semana no hubiera podido creerlo.

La ocasión pasa, mi participación se limita al sentirme vivo, ella sigue su camino definitivamente, pero mi voz y mis sentimientos ya están presentes para siempre... Vivo! Estoy VIVO! Por primera vez desde… ya no recuerdo cuando.

Las estructuras tiemblan nuevamente! Soportes que sostienen grandes porciones se derrumban, otras partes desaparecen sin más, el resto desparramado en un sinsentido grotesco.

Miro lo que sobrevive, que me mira también… una convicción surge: seremos lo que manden nuestras convicciones, intentando siempre hacer lo debido, y que si fallamos nunca dejaremos de intentarlo.

-Aquí estoy, mi presencia es motivo de VIDA, siento que soy parte – digo.
-Aquí estoy, mi presencia sirve para discernir, sé que soy parte – dice la mente.
-Aquí estoy, mi presencia nos integra a la sociedad, debo ser parte – dice el espíritu
-Aquí estamos, dicen otros tantos aspectos rezagados, también somos parte.

Algo nuevo, completamente distinto, que alguna vez fue avizorado pero nunca creído posible, ahora se presenta como imperativo, y además como posible, deseable, promisorio.
La posibilidad de que todas las partes crezcan y formen parte, la convicción de que matar (o relegar) alguna de ellas es solo el comienzo del fin.

Así que me relamo reclamando mi lugar, que si bien siento que no puedo dejar correr todos mis instintos (eso sería relegar en MUY mala forma al espíritu), ahora sé que puedo (debo) sentir libremente, sin culpa, y disfrutar de ello… Y bien que disfruto!!
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Mmmmm!
Qué rico!
Pero de estas aventuras no voy a hablar, baste decir que queda la convicción de que estaba en lo cierto: mantener vivas y activas todas las partes es la única forma de VIVIR, lo contrario es la antesala de la muerte.
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La melancolía de un final se disipa lentamente y miro alrededor. Varios contactos surgen, burbujas que estallan o se hacen tan finas que no se sabe en que momento desaparecen. Alguno permanece, cambiando de manera sutil… no le presto más atención.

Una gata llama mi atención. Su pelo, espléndido como ella, extrovertido. Gran carácter, manteniendo a raya las vicisitudes de la vida. Animosa, no vacila en saltar cuando yo lo hago… la cabrita de su juventud se agita dentro suyo.
Hablamos, saltamos, recordamos, miramos, caminamos, bailamos, disfrutamos de todo y de todos.
Me fascina. Me enamora. Tiene el pelo que soñé, un amor casi sobrehumano, una mente despierta, y partes encerradas deseando salir. Soy parte de todo eso.
Aprendo a su lado cosas que deseaba pero a las que no me atrevía. Chocamos en un equilibrio de criterios disímiles, es una MUJER con todas la letras: Pasión, amor y carácter firme la destacan. Nos reconciliamos aprendiendo en el camino. Disfrutamos de la naturaleza, de caminar, de nosotros.
Nuestro amor siempre en efervescencia no nos da respiro, nos lleva de un punto al siguiente en un vertiginoso devenir sin red… siempre, desde el comienzo, pensé que todo lo actuado será para bien, de manera que cada vez que hemos dejado atrás una diferencia, recuerdo ese pensamiento y la alegría me llena.

Mi gata, cabrita juguetona, compañera de baile, de navegación, de festivales, mi amor apasionado, tierno y combativo, mi contendiente, tierna y contradictoria, MUJER… te dedico este homenaje demorado, esta historia que surge para mostrarte algo más de lo que soy, ya no como el gato redivivo que es parte de mí, sino como tu compañero, tu amor, tu adversario, tu hombre

lunes, 19 de octubre de 2009

Tango


Habíamos venido deteniéndonos cada noche en un lugar diferente, como el velerito no está equipado con piloto automático, además de ser demasiado chico como para hacer navegación de altura, nuestras etapas no pasaban de un día con la costa a la vista.
Cada día, al ver algún lugar donde se pudiera parar y tener alguna seguridad contra el clima, habíamos anclado para pasar la noche y seguíamos viaje. Nos parecía que toda nuestra vida había transcurrido así, entre el mar, el cielo, la noche inmensa, la luna que nos llamaba, cada día más imponente, y los pescadores que conocíamos cada vez que teníamos oportunidad.

Tarde, casi oscuro, miramos salir la luna llena sobre el mar, el reflejo brillando sobre las olas es de una belleza hipnótica, ninguna nube interrumpe el cielo gigantesco, ninguna isla rompe el mar de babor. Idílico es la palabra, como me dijo alguna vez una de mis hijas.

Vamos en alas de un viento suave del sur-oeste, que no nos impone ninguna atención especial... pero decido buscar dónde parar, algo me empuja a prestar atención a la costa, además de que es una temeridad navegar de noche en aguas costeras que no se conocen.

En la costa brillan varias luces, parece que son casas. La luna alumbra la costa, los morros de altura variable, alguna estructura que no se define del todo a la distancia. Supongo que se trata de edificaciones en la playa, al estilo de los pescadores brasileros, de madera, edificadas sobre la franja de vegetación que está junto a la arena. Al irnos acercando vemos también desperdigados a lo ancho varios botes de pescadores, muchos de ellos al extremo de una línea trazada en la arena por la quilla... pienso que están vivos, que tienen alma y anhelan conocer la vida en tierra, se impulsaron con sus brazos tierra adentro hasta donde pudieron.
Los barcos de pesca están vivos, tienen madera y metal y hombres y alma, sus anhelos y alegrías, y viven en el agua pero salen todas las noches a dormir en tierra, sueñan con viajar por tierra como lo hacen por mar cuando disponen de sus hombres para moverse. Añorando la vida de trabajo con que pasan el día, y sabiendo que sus hombres irán a tierra por la noche, quieren ir también, por eso se arrastran hasta donde pueden por la playa, hasta quedar dormidos como cuerpos inertes al extremo de un rastro de arena. Al otro día despiertan, cuando los hombres los llevan de vuelta al mar, a veces perezosamente en un mar tranquilo, a veces con bríos de semental en un mar picado.

Pero ahora duermen su sueño de tierra y no nos miran llegar. Anclamos a un lado de los barcos, salen de pesca antes de la salida del sol y no quiero ponerme en su camino.

Hay algo construido en la costa, y luces más adentro en casas sencillas. Se escuchan ritmos gaúchos, voces y risas, parece haber gente de fiesta en la costa. Nos miramos sonriendo, ya sabemos lo que nos espera.

Buscamos el reproductor de CD´s, la música que tenemos preparada para estas ocasiones, una mochilita con zapatos, y bajamos a la costa sin ningún otro accesorio. La noche está espectacular, la luna ha dejado de ser omnipresente para pasar a acompañarnos a una celebración, la brisa es tibia, la arena impalpable.

Están reunidos fuera de las instalaciones donde guardan el pescado refrigerado, hay dos que tocan música: unos tamborcitos por un lado y una guitarra por otro, el guitarrista canta temas típicos de la zona, no los conocemos, ni los temas ni a la gente, pero nos reciben con la solidaridad brasilera: Oi caras, bem vindos, quer compartir nossa festa?
-Obrigado!! Respondemos y nos acercamos a charlar. Ya pasamos por brasileros. Es realmente hermosa esta gente sencilla, muy cordiales, nos hacen sentir que estamos entre amigos.
Bailan los morochos, y las mujeres, con esa gracia particular heredada de los negros que no se puede imitar. Nos miramos y vamos, queremos aprender, participar de la hermandad del baile, donde es la pareja quien participa junto con las otras.
Al ver que queremos aprender dejan todo... con pena por el clima que ha cambiado, disfrutamos de las atenciones, tratamos de meternos en la música para disfrutarla sin demasiadas reglas... provocando un montón de risas, y que salgan a bailar también otras parejas. Sin proponernos el clima cambia de nuevo, y ya estamos en una fiesta a todo vapor, la alegría de cantar con nuestros cuerpos acompañando y completando la música se hace parte nuestra, nos lleva junto con todas las otras parejas.

Pero tenemos un regalo para ellos, y antes que la fiesta decaiga se lo mostramos: en el reproductor de CD´d ponemos tango. Miran extrañados: sólo habían preguntado nuestro nombre de pila, el brasilero siempre nombra así a todos. Les contamos que somos argentinos y que queremos retribuir sus atenciones y su fiesta compartiendo con ellos algo de nuestro país. Por suerte había una zona en que habían hecho un piso, que el tango no se puede bailar en la arena. Y como estamos dispuestos a enseñarles lo que quieran, inmediatamente el entusiasmo los invade y despejan la zona, nosotros nos ponemos los zapatos que llevamos para la ocasión, ponemos en el reproductor “Un Tango de mi Flor”, nos miramos, nos olvidamos de mundo y empezamos: una base, una baldosa, una secuencia sencilla para entrar en clima... pero ese tango es demasiado hermoso, me lleva puesto, y con la familiaridad que me da lo conocido, y ganas de improvisar, tiramos ochos, cortes y ganchos al compás de la letra. Una hermosura hecha armonía y expresión, el mejor esfuerzo puesto en la mujer más importante del mundo, pera que se luzca, para verla, para maravillarme de su habilidad, de su presencia, de lo que construimos con este lenguaje compartido.

Y volvemos al mundo, mi mirada y tu mirada, casi dolorosamente... sólo para encontrarnos con el resto de la gente que celebra.

Quieren que les enseñemos...

miércoles, 7 de octubre de 2009

La propuesta


Estoy que exploto. Será bueno? Mis sentimientos empujan con fuerza irresistible, exigen, avasallan, y yo los ayudo, los aliento, cultivándolos con esmero, disfrutando de cada arremetida de las ansias que me sacuden casi sin cesar.
Y es que predomina la alegría de estar aquí sintiendo todo esto. De estar vivo y despierto. Vivir despierto decía un autor de autoayuda. Pero esto se parece poco a cualquier cosa que haya leído, y creo que es imposible de aprender, sólo se puede vivir.

Ganas de expresar la alegría, de compartirla, de seguir con otros el camino que lleva a vivir despierto.

Y te presiento.
Y te busco.
Y te encuentro.

Con unas ganas tremendas de vivir, con una audacia natural que rigió tu vida, con deseos de locura.
Mi locura responde a la tuya y juegan felices por un momento.
Alimento mi locura, la incorporo a mi vida. Me hace ver mis prioridades en forma diferente, estoy en un escalón superior desde donde miro los esquemas a los que viví atado como simples herramientas que puedo cambiar cuando quiera, poner el trabajo, el tiempo, la vida, a mi servicio… a tu servicio… a nuestro servicio.

Ha llegado el alba, viviré.

Toda esta alegría, estas ganas, esta convicción de que emprenderé todo camino que ofrezca vida, esta locura, tienen un destino: Los voy a compartir. Te atrevés?