martes, 6 de septiembre de 2011

Mi gata


Algo parece estar desarrollándose, algo diferente de alguna forma aún no revelada. Si bien casi siempre lo nuevo fue imposible de prever, los sacudones presagian algo distinto... aunque no creo, llevo tanto tiempo escuchando sermones que realmente no creo que tenga que prestarles atención.

“No sos parte, ni asomes la nariz”
“Tu forma de actuar es inadmisible”
“Voy a quedar como desleal, baboso, ridículo”
“Tus sentimientos no deben siquiera ser considerados”
“Mejor seguí durmiendo…”

Y sí, mejor sigo durmiendo, estoy tan acostumbrado que casi, casi, no me doy cuenta que “les” hago falta. Ahora por ejemplo. Es tanta la desorganización que está surgiendo algo bueno: tengo un poco menos de restricciones.
Así que me estiro saboreando el movimiento, la tensión, el placer de estar vivo.

Alguien a mi lado.
Sentada a mi lado. Desconocida, herida, tentadora en su disponibilidad.
La música me transporta, su embrujo, tanto el de la música como el de ella, me provocan en una forma increíble. Literalmente increíble, hace una semana no hubiera podido creerlo.

La ocasión pasa, mi participación se limita al sentirme vivo, ella sigue su camino definitivamente, pero mi voz y mis sentimientos ya están presentes para siempre... Vivo! Estoy VIVO! Por primera vez desde… ya no recuerdo cuando.

Las estructuras tiemblan nuevamente! Soportes que sostienen grandes porciones se derrumban, otras partes desaparecen sin más, el resto desparramado en un sinsentido grotesco.

Miro lo que sobrevive, que me mira también… una convicción surge: seremos lo que manden nuestras convicciones, intentando siempre hacer lo debido, y que si fallamos nunca dejaremos de intentarlo.

-Aquí estoy, mi presencia es motivo de VIDA, siento que soy parte – digo.
-Aquí estoy, mi presencia sirve para discernir, sé que soy parte – dice la mente.
-Aquí estoy, mi presencia nos integra a la sociedad, debo ser parte – dice el espíritu
-Aquí estamos, dicen otros tantos aspectos rezagados, también somos parte.

Algo nuevo, completamente distinto, que alguna vez fue avizorado pero nunca creído posible, ahora se presenta como imperativo, y además como posible, deseable, promisorio.
La posibilidad de que todas las partes crezcan y formen parte, la convicción de que matar (o relegar) alguna de ellas es solo el comienzo del fin.

Así que me relamo reclamando mi lugar, que si bien siento que no puedo dejar correr todos mis instintos (eso sería relegar en MUY mala forma al espíritu), ahora sé que puedo (debo) sentir libremente, sin culpa, y disfrutar de ello… Y bien que disfruto!!
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Mmmmm!
Qué rico!
Pero de estas aventuras no voy a hablar, baste decir que queda la convicción de que estaba en lo cierto: mantener vivas y activas todas las partes es la única forma de VIVIR, lo contrario es la antesala de la muerte.
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La melancolía de un final se disipa lentamente y miro alrededor. Varios contactos surgen, burbujas que estallan o se hacen tan finas que no se sabe en que momento desaparecen. Alguno permanece, cambiando de manera sutil… no le presto más atención.

Una gata llama mi atención. Su pelo, espléndido como ella, extrovertido. Gran carácter, manteniendo a raya las vicisitudes de la vida. Animosa, no vacila en saltar cuando yo lo hago… la cabrita de su juventud se agita dentro suyo.
Hablamos, saltamos, recordamos, miramos, caminamos, bailamos, disfrutamos de todo y de todos.
Me fascina. Me enamora. Tiene el pelo que soñé, un amor casi sobrehumano, una mente despierta, y partes encerradas deseando salir. Soy parte de todo eso.
Aprendo a su lado cosas que deseaba pero a las que no me atrevía. Chocamos en un equilibrio de criterios disímiles, es una MUJER con todas la letras: Pasión, amor y carácter firme la destacan. Nos reconciliamos aprendiendo en el camino. Disfrutamos de la naturaleza, de caminar, de nosotros.
Nuestro amor siempre en efervescencia no nos da respiro, nos lleva de un punto al siguiente en un vertiginoso devenir sin red… siempre, desde el comienzo, pensé que todo lo actuado será para bien, de manera que cada vez que hemos dejado atrás una diferencia, recuerdo ese pensamiento y la alegría me llena.

Mi gata, cabrita juguetona, compañera de baile, de navegación, de festivales, mi amor apasionado, tierno y combativo, mi contendiente, tierna y contradictoria, MUJER… te dedico este homenaje demorado, esta historia que surge para mostrarte algo más de lo que soy, ya no como el gato redivivo que es parte de mí, sino como tu compañero, tu amor, tu adversario, tu hombre