jueves, 30 de junio de 2016

La llama

Arde dentro de mí alimentada sin cesar desde mis más profundos orígenes.
Da calor y empuje a mi alegría al bailar.
Me saca de la comodidad sin miramientos.
Busca qué quemar.
Te ha quemado, y aún sigue ardiendo y buscando.


Me parece que terminará por consumirme completo, pero siempre llegan a mí nuevos motivos.


La llama sigue buscando.


Encuentra un ansia y la usa de combustible, y se vuelve luz. Consciencia. Y deseando más se detiene, y mira:


Mira la caracola
                 que trajera mi mamá
                            de un viaje en familia.

Mírala.
Es más que una caracola. Recuerdos de mi historia, de mi origen, el camino recorrido, mi madre manifestándose en mi vida.

Recuerdo
                                                                  Historia
                               Origen
                                                                                                                                   Camino
                                                Madre... vida.

Oscilando la llama, la luz examina la caracola. Se examina a sí misma, consciencia viva, y asombrada se deja llevar por el deseo de condensar el momento.

Aquieto la llama para mirar mejor.
Libero mi imaginación y creo los símbolos.
Comienzo a poner en palabras las ideas:

-La luz de mi consciencia arde alimentada por mis ansias, iluminando mi vida. Una vuelta sobre otra, y a la luz veo los botones de los sucesos que marcaron mi vida sobresalir, texturados, dando vida al transcurrir... si no estuvieran, cada vuelta sucedería a la anterior sin diferenciarse. Algunos sucesos (Protuberancias) aparecen con su extremo desgastado, como si yo los hubiera acariciado frecuentemente, serán aquellos recuerdos que me obsesionan.
-Las vueltas sucesivas se distinguen, con un límite que las diferencia. Cada una es distinta, los sucesos que me dieron forma empujaron mi crecimiento.
-Y mirando veo que sí, cada vuelta es mayor.
-Comienza mi vida siendo muy pequeña, indiferenciada, y enseguida comienza a crecer, una pequeña vuelta antecediendo a otras cada vez mayores. Los sucesos cobran importancia, y mi vida se apoya tanto en los de las vueltas pequeñas como los de las últimas vueltas, los sucesos recientes, grandes, evidentes, destacando en mi luz.
-Los últimos sucesos, grandes protuberancias en una vuelta de gran tamaño destacan. Pero no se ven completos, una parte está en sombras... y detrás de ellos asoma la boca del presente, con su interior brillante pero oculto en la sombra de los acontecimientos, con su forma proyectándose al futuro.
-La luz de mi consciencia y mi vida acontecen, para mayor alegría, asombro y armonía, para compartirlas